Un alucinado
Solo
Dios sabe cuanto él la quería
él
la adoraba; la quería más que a él
pero
ella se fue para el cielo con Dios
y
él parece que se muere de tanto dolor
era
muy grande él dolor que él sentía
y
no sabía si podría soportar
porque
él la amaba tanto
y
ella lo amaba a él también
era
un amor mutuo
parecía
dos amores en un mismo corazón
se
adoraban; era un gran amor
él
decía que dolía más adentro de sí
y
no podía aceptar que la perdió a ella…
y
que fue la muerte quién los separó
y
la gente no lo entiende;
dicen
que ya enloqueció
un
alucinado que habla con las estrellas
y
decía que hablaba con ella;
con
su gran amor que fue para el cielo.
Hoy
lo ven ahí; en el banco de una plaza…
con
el pelo largo, sombrero,
barba
larga y un saco gris
y
desde que ella se marchó…
él
solo parece un cuerpo sin alma
que
desde que se murió su amada…
se
olvido de seguir viviendo
parece
que está, pero él no está;
está
solo su cuerpo
su
alma se fue con su gran amor.
Y
aquel viejo del banco de la plaza;
sigue
mirando el cielo y habla con las estrellas
él
dice que solo así vuelve a halar con ella.
Gustavo Freitas