Poesias de Gustavo

Bienvenidos

Bienvenidos esta es una serie de poesías románticas y no románticas, les aseguro que son poesías de altísimo nivel.





Un alucinado

Solo Dios sabe cuanto él la quería
él la adoraba; la quería más que a él
pero ella se fue para el cielo con Dios
y él parece que se muere de tanto dolor

era muy grande él dolor que él sentía
y no sabía si podría soportar
porque él la amaba tanto
y ella lo amaba a él también
era un amor mutuo
parecía dos amores en un mismo corazón
se adoraban; era un gran amor

él decía que dolía más adentro de sí
y no podía aceptar que la perdió a ella…
y que fue la muerte quién los separó
y la gente no lo entiende;
dicen que ya enloqueció
un alucinado que habla con las estrellas
y decía que hablaba con ella;

con su gran amor que fue para el cielo.
Hoy lo ven ahí; en el banco de una plaza…
con el pelo largo, sombrero,
barba larga y un saco gris
y desde que ella se marchó…
él solo parece un cuerpo sin alma
que desde que se murió su amada…

se olvido de seguir viviendo
parece que está, pero él no está;
está solo su cuerpo
su alma se fue con su gran amor.
Y aquel viejo del banco de la plaza;
sigue mirando el cielo y habla con las estrellas
él dice que solo así vuelve a halar con ella.

Gustavo Freitas












Un alucinado

Solo Dios sabe cuanto él la quería
él la adoraba; la quería más que a él
pero ella se fue para el cielo con Dios
y él parece que se muere de tanto dolor

era muy grande él dolor que él sentía
y no sabía si podría soportar
porque él la amaba tanto
y ella lo amaba a él también
era un amor mutuo
parecía dos amores en un mismo corazón
se adoraban; era un gran amor

él decía que dolía más adentro de sí
y no podía aceptar que la perdió a ella…
y que fue la muerte quién los separó
y la gente no lo entiende;
dicen que ya enloqueció
un alucinado que habla con las estrellas
y decía que hablaba con ella;

con su gran amor que fue para el cielo.
Hoy lo ven ahí; en el banco de una plaza…
con el pelo largo, sombrero,
barba larga y un saco gris
y desde que ella se marchó…
él solo parece un cuerpo sin alma
que desde que se murió su amada…

se olvido de seguir viviendo
parece que está, pero él no está;
está solo su cuerpo
su alma se fue con su gran amor.
Y aquel viejo del banco de la plaza;
sigue mirando el cielo y habla con las estrellas
él dice que solo así vuelve a halar con ella.

Gustavo Freitas